La muerte es terrible. Eso todos lo saben.
Constantemente vivo con miedo a la muerte, a la pérdida. Al quedarme solo y no saber qué hacer con eso.
El fin de semana murió mi tío Jorge, hermano de mi madre, un hincha a morir de la U (many poorly chosen words) y que según contaban sus hijas, nunca comió chicle, usó jeans o tomó coca cola por su espíritu anti capitalista, pero puede que eso sea parte del mito.
A decir verdad no sentí tanta pena como se esperaría de perder un familiar. Si, fue terrible para todos, sobre todo su larga lucha contra el cáncer que en sus últimos días tuvo que pelearla sin ayúda médica para no dejar endeudada a su familia (manly hasta el final).
Y puede que por lo mismo no sintiera tanta pena, ya que me tocó verlo los últimos días, cuando estaba muy mal (lo último que le dije fue que envidiaba la barba que tenía, no supe qué más decirle) y creo que se aplica lo de "bueno, ahora está descansando" que suele decir la gente.
Lo que me dió pena fue por la familia. Todos. Sus hijas, su esposa y nietas. Sus hermanos. Y sobre todo mi mamá y mi abuelita (la Tan, pa los q la conocen).
Al final lo más terrible de la muerte es para quienes seguimos con nuestras vidas. El pensamiento constante de "qué pudo haber hecho si hubiera seguido vivo" o "qué voy a hacer ahora que mi ser querido no está" y en el peor de los casos, preguntarse quién será el siguiente.
Los funerales siempre los he sufrido de manera particular, ya que a medida que voy creciendo va muriendo gente más cercana, y no sufro especialmente por ellos, si no por que cada vez se acerca más el día en que tenga que despedir a mis padres, tíos, abuelita, y a todos.
La vida es finalmente un ciclo por el que todos pasamos, y si hay vida despues de la muerte (sea el paraíso de su preferencia), reencarnamos o reemplazamos a nuestros ángeles de la guarda para que ellos vengana la tierra y los usemos como personajes de un RPG (una historia que hice hace algunos años... bueno, no hice pero la pensé), supongo que al final nos volvemos a encontrar con nuestros seres queridos. Así que eventualmente cerramos el ciclo y nos reencontramos todos de nuevo, como dijo mi madre, seguramente mi tío Jorge ahora está con sus papás (Mi Tata jorge y la Sra. Berta) en el otro mundo.
Como con todo en la vida, no sé como terminar sintiéndome al respecto.
Y aunque nunca hablé mucho con él, las pocas veces que hablamos tuvimos buenas conversas acerca de todo, así que buena suerte en el más allá, tío Jorge.
Y buena suerte también a quienes nos quedamos.
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